En el último capítulo de Pitos y Leyendas, el equipo de En Volá decidió poner a prueba algo que muchas veces se comenta, pero pocas veces se mide con evidencia propia: ¿qué pasa en el cuerpo cuando se deja de fumar cannabis durante 20 días? El encargado de protagonizar este experimento fue Álvaro, conocido como uno de los miembros más queridos del equipo, quien aceptó la difícil misión de registrar su proceso día a día.
Dejar de fumar no siempre responde a un mismo motivo. Algunos lo hacen porque deben enfrentarse a un examen de drogas; otros, porque sienten que la dosis ya no produce el efecto esperado. La respuesta más común suele ser aumentar la cantidad de consumo, pero eso no resuelve el problema: es costoso, desgastante y, en definitiva, poco sostenible.
El equipo explicó que un periodo de abstinencia de al menos 20 días es suficiente para que el sistema endocannabinoide se recupere, regule la tolerancia y devuelva la sensibilidad a los efectos del cannabis. En casos más estrictos, como pruebas de orina o cabello, el tiempo debe extenderse a 30 o incluso 90 días.
Los primeros síntomas
Nuestro querido Álvaro aplicó diariamente un test diseñado para medir los síntomas de abstinencia. Los resultados coincidieron con lo que dicen los estudios: ansiedad, irritabilidad, insomnio e incluso estados de ánimo depresivos. En lo físico, aparecieron molestias como dolor de cabeza, falta de apetito, sudoración excesiva y malestar estomacal.
Durante los primeros tres días, los síntomas parecieron leves, pero entre el tercero y el sexto alcanzaron su punto más intenso. El insomnio, de hecho, fue uno de los efectos más difíciles de sobrellevar: hasta un 76 % de las personas que dejan el cannabis de golpe lo experimentan, y Alvarito no fue la excepción.
La montaña rusa de la abstinencia
El proceso se dividió en etapas claras. En los primeros días, los síntomas físicos dominaron la experiencia. Entre la primera y la segunda semana, aunque el malestar corporal comenzó a ceder, lo psicológico tomó protagonismo. La tristeza y la ansiedad marcaron un punto crítico.
A partir del día 10, la curva cambió. Los síntomas comenzaron a disminuir, y hacia la segunda semana, la mayoría de las molestias habían desaparecido. Aunque el insomnio persistió, Álvaro ya se sentía más estable e, incluso, mejor que antes de iniciar el detox.
Cómo sobrellevar el proceso
El programa también entregó recomendaciones para quienes quieran enfrentar un detox. El ejercicio regular, una dieta rica en omega, hidratarse bien y mantener rutinas de sueño consistentes fueron claves para aliviar los efectos. El uso de CBD también puede ayudar a mejorar el descanso sin alterar el ciclo natural del sueño.
Sin embargo, los especialistas advierten sobre un riesgo común: sustituir el cannabis por alcohol o tabaco. Ambos consumos tienden a aumentar durante la abstinencia, especialmente el tabaco, lo que puede generar nuevos problemas de salud.
Una oportunidad para repensar el consumo
Tras 20 días de abstinencia, el experimento dejó más que resultados físicos. El equipo valoró que este tipo de pruebas permiten reflexionar sobre los propios hábitos de consumo. Quienes deciden retomar el cannabis después de un detox no necesitan volver a las mismas cantidades de antes, ya que la tolerancia disminuye considerablemente.
Para Álvaro, la experiencia fue desafiante, pero también reveladora. Pudo comprobar en carne propia que los síntomas, aunque duros, no son permanentes. El cuerpo se regula, la mente se adapta y la abstinencia se convierte en una prueba de autocontrol.
La conclusión fue clara: dejar de fumar cannabis no es sencillo, pero es posible, y puede convertirse en una herramienta para recuperar equilibrio, mejorar la calidad del sueño y entender que, a veces, el descanso también es parte de la experiencia cannábica.
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ESE MIEDO INEXPUGNABLE
— En Volá (@en_vola) March 20, 2025
a limpiarse la cara con la misma parte de la toalla con la que te limpiaste el culo.