La identificación de CBD en una maleza sudamericana y en especies de uso cotidiano plantea un futuro en que la producción de cannabinoides podría diversificarse y escapar de las actuales restricciones legales.
Un grupo de científicos identificó cannabidiol (CBD), el compuesto no psicoactivo más popular del cannabis, en una planta sudamericana llamada Trema Micrantha Blume, también conocida como “árbol de ortiga jamaicana”. El hallazgo, publicado por la revista ScienceAlert, sorprendió a la comunidad científica, ya que esta especie crece de manera silvestre en países como Brasil y suele considerarse una simple maleza.

Lo más relevante es que la Trema Micrantha produce CBD sin generar tetrahidrocannabinol (THC), el componente psicoactivo del cannabis que genera la “volada”. Según los investigadores, esta diferencia podría convertirla en una alternativa atractiva para producir cannabidiol, sin los mismos obstáculos legales que limitan a la marihuana en gran parte del mundo.
Desde un punto médico, la noticia es prometedora. El CBD está asociado a múltiples aplicaciones terapéuticas, dolor crónico, epilepsia, problemas de sueño, son algunas. La posibilidad de extraerlo de una planta distinta al cannabis abre la puerta a investigaciones que podrían acelerar el acceso a este compuesto en contextos donde la marihuana aún es fuertemente regulada.
Sin embargo, los científicos advierten que la concentración de CBD en Trema micrantha es mucho menor que en el cáñamo. Mientras que el cannabis puede contener hasta 473 microgramos por gramo, en las hojas de Trema los valores no superan los 5 microgramos. Es decir, habría que procesar mucho más material para obtener el mismo volumen de cannabidiol.
Otras especies con características similares
El interés no se limita a Trema micrantha. Otras especies fuera del género Cannabis también han mostrado la capacidad de producir compuestos similares. Por ejemplo, en África, la planta Helichrysum umbraculigerum contiene cannabigerólico ácido (CBGA), considerado el precursor del CBD y THC.
Otro caso notable es el de la hepática Radula marginata, originaria de Nueva Zelanda, que contiene perrottetinene, un cannabinoide muy similar al THC, y un derivado conocido como perrottetinene diol, comparable al CBD en estructura y efectos.
También se han encontrado moduladores del sistema endocannabinoide en plantas de consumo cotidiano como la pimienta negra (Piper nigrum), el cacao (Theobroma cacao), las trufas negras y el té (Camellia sinensis). Estos productos contienen moléculas como beta-cariofileno o catequinas, que interactúan indirectamente con los receptores cannabinoides.
Estos hallazgos tienen implicancias profundas. Estas plantas podrían quedar fuera de las legislaciones restrictivas que rodean al cannabis, facilitando su cultivo, investigación y uso en la industria farmacéutica.
TWITTER EN VOLÁ
La Aduana Regional Metropolitana interceptó un cargamento de 28 kilos de MDMA ocultos en un cuadro de Bernardo O’Higgins, proveniente de #Bélgica. 🇧🇪
— En Volá (@en_vola) March 10, 2025
El hallazgo se logró gracias al olfato de los perros detectores, que alertaron a los funcionarios durante la inspección. 🦮 pic.twitter.com/JdcxSMGQ45