El estudio realizado por la Universidad de California señala al compuesto del cáñamo como una alternativa eficiente para reducir el consumo y prevenir el daño en zonas clave del cerebro afectadas por el alcohol.
Una reciente investigación de la Universidad de California en San Diego, publicado en la revista Neuropsychopharmacology, observó en ratas adultas que el uso de cannabidiol (CBD), uno de los principales compuestos no psicoactivos del cannabis, reduce significativamente los síntomas de abstinencia, el deseo de consumo y daños neurológicos provocados por el alcohol. Esto posiciona al CBD como una posible alternativa terapéutica para tratar el trastorno por consumo de alcohol (TCA).
El experimento se basó en dos modelos para inducir dependencia en 166 ratas adultas. Uno mediante dosis controladas de etanol vaporizado, y otro en que los mismos animales podían "elegir" consumirlo. Este proceso duró alrededor de tres semanas, hasta ver signos de adicción en los roedores. Posteriormente, se administraron inyecciones de 30 y 60 mg/kg de CBD, diariamente durante cuatro semanas.
Los hallazgos demostraron una reducción significativa en el consumo voluntario durante el periodo de abstinencia. Además, el CBD disminuyó los síntomas físicos y de ansiedad asociados a la dependencia del alcohol, así como las probabilidades de recaída inducidas por el estrés.
También se reveló un efecto neuroprotector en áreas clave del cerebro, como la amígdala basolateral (vinculada con las emociones), el núcleo accumbens (clave en la liberación de dopamina) y el estriado dorsomedial (asociado a la formación de hábitos y toma de decisiones). Estas zonas suelen presentar alteraciones funcionales tras el consumo prolongado de alcohol.
Estos resultados permiten ampliar las expectativas sobre el uso de CBD como una efectiva herramienta terapéutica contra el TCA. La reducción del consumo y el alivio de síntomas lo perfilan como una alternativa segura y eficaz. Su aplicación y ensayo en humanos parece ser el próximo paso para validar su efectividad e implementación clínica.
Esta proyección cobra especial urgencia al considerar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay alrededor de 400 millones de personas que viven con trastornos por consumo de alcohol, equivalente al 4,9% de la población adulta a nivel global
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— En Volá (@en_vola) March 20, 2025
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