La industria del cannabis en Argentina está experimentando un crecimiento que podría posicionar al país como líder en el mercado latinoamericano de cannabis medicinal e industrial. Con la posibilidad de generar miles de empleos y captar un mercado en expansión, esta industria emergente proyecta ingresos significativos para la economía nacional. Sin embargo, para alcanzar su máximo potencial, será esencial establecer políticas de apoyo y regulaciones claras que permitan un desarrollo competitivo y seguro, evitando que el mercado informal se adueñe del negocio.
Un reciente estudio, realizado por la Cámara de la Industria del Cannabis y el Cáñamo Industrial (CAINCCA) junto con el Observatorio de Cannabis de la Universidad Nacional de José C. Paz y la Universidad de Quilmes, estimó que el mercado de cannabis medicinal en Argentina podría alcanzar un valor de 834 millones de dólares anuales, con una recaudación en impuestos cercana a los 216 millones de dólares. Estos ingresos podrían ser utilizados para financiar proyectos clave de infraestructura, desde la construcción de hospitales hasta guarderías, generando beneficios adicionales para la sociedad.
Las oportunidades económicas y laborales derivadas de esta industria son vastas. Según estimaciones del ex Ministerio de Desarrollo Productivo, el país podría crear más de 10,000 empleos y generar hasta 50 millones de dólares en exportaciones anuales, dinamizando sectores complementarios como la logística, la manufactura y la tecnología agrícola. La legalización del cannabis también beneficiaría a las provincias productoras, donde se crearían empleos en áreas como la agricultura, la investigación y los servicios, impulsando el desarrollo regional y fortaleciendo la economía local.
No obstante, el mercado del cannabis en Argentina enfrenta riesgos si no se implementa una regulación adecuada. La experiencia de Uruguay, que con su sistema de autocultivo, clubes de membresía y farmacias autorizadas logró reducir el narcotráfico en un 50% y generar ingresos de hasta 30 millones de dólares, sirve como ejemplo de cómo un marco regulatorio efectivo puede asegurar el control del mercado y evitar la proliferación de actividades informales. Argentina tiene la oportunidad de aprender de este modelo y crear una industria sostenible que genere beneficios económicos y sociales en todo el país.