¿POR QUÉ HOY ES TAN MALO?
El término "Cripy" se asocia con diversas variantes de marihuana, pero su origen se remonta a Colombia en 2010, cuando se creó a partir de cruces de plantas europeas con altos niveles de THC. Inicialmente, estas flores ganaron popularidad por su potencia, pero a medida que el mercado negro se expandió, los traficantes comenzaron a llamar "Cripy" a cualquier marihuana, independientemente de su calidad. Este cambio en el uso del término se convirtió en una estrategia de marketing para aumentar las ganancias.
A lo largo del tiempo, la calidad del Cripy ha disminuido significativamente, convirtiéndose en un prensado barato con posibles aditamentos peligrosos para la salud. Actualmente, en comparación con otras variedades, el Cripy suele ser más económico pero de calidad inferior. Su apariencia varía desde verde-marrón hasta negro, y su aroma delata adulteraciones.
El consumo de Cripy conlleva riesgos para la salud, como dolores de cabeza, irritación de garganta y problemas respiratorios, debido a su naturaleza prensada y a posibles productos químicos añadidos. La legalización y el fomento del autocultivo responsable son propuestas para combatir el Cripy, ya que reducirían la demanda de productos de baja calidad y mejorarían la salud y seguridad de la comunidad.
A pesar de su fácil disponibilidad en Chile, el Cripy actual dista mucho de su versión original de alta calidad. La importancia de la educación pública sobre el consumo de cannabis destaca la necesidad de informarse sobre los riesgos asociados con el Cripy. En conclusión, la historia y realidad del Cripy sirven como llamado a la acción para tomar decisiones informadas y responsables en el consumo de cannabis, priorizando la salud y el bienestar de la comunidad.