Cultura
“Al igual que mi mentor, Jack Herer, creo que el Cannabis puede ayudar a salvar el Mundo”
Simón Espinosa
Periodista
Director Ejecutivo En Volá
A pocos años de haber entrado en la adultez, en 1993 en Santa Cruz, un joven Alex Rogers fue cobijado bajo la tutela de uno de los nombres más grandes de la industria del Cannabis: Jack Herer. Desde entonces, creció su anhelo por un mundo que se nutriera y aprovechara los cuantiosos y diversos beneficios de esta planta.
Este ser humano comenzó con una de las primeras clínicas cannábicas en Oregon, Estados Unidos, que luego se transformó en una de los centros de terapia de cannabis más importantes del país, con más de 5.000 pacientes.
"Lo interesante es que el uso de cannabis medicinal es un fenómeno muy grande en Europa, sobretodo en Alemania, Dinamarca, España, Italia y Grecia. Es un mercado gigante". Alex Rogers
Para lograr su cometido, en 2014, creó una conferencia medicinal en Oregon, que luego se transformó en ICBC (International Cannabis Business Conference), una de las convocatorias de mayor impacto en el sector. Este año, nuevamente se realiza en Barcelona y Rogers, al igual que todos los asistentes, está emocionado.
Este evento se va a realizar en Barcelona, como cada año. Una ciudad que tiene muchos clubes privados de cannabis, que se construyen en una situación regulatoria excepcional. ¿Cómo aborda este tema la ICBC?
El año pasado abordamos directamente el tópico de los dispensarios en nuestra conferencia. Este año hay algunos exponentes de esa área, sin embargo, estamos poniendo énfasis en la parte Medicinal de la Industria española y europea. Por fin comenzaron a emitir las primeras licencias y el mercado del CBD es gigante.
Existe, no obstante, un panel que hablará sobre “Regulación en España” y abordará el modelo de los clubes cannábicos. Es sumamente interesante ver cómo hay un mercado medicinal, un mercado para el CBD y también un mercado de clubes cannábicos que es “cuasi legal”.
Personalmente creo que hay que legalizar y legislar esos clubes cannábicos, que puedan operar, generar utilidades y pagar impuestos para el país. Están en una situación precaria de legalidad ambigua. Están a plena vista, pero operan de manera clandestina, ese no es un modelo de negocios proyectable.
Suiza, Luxemburgo y Alemania ya están avanzando con sus procesos de regulación y legalización, basados de alguna manera en España. Sus experimentos sociales están enfocados en la experiencia española, sobretodo observando la cadena de proveedores: los lugares donde compras, donde vendes, donde consumes, deben ser legales.
¿Cuál es tu pronóstico para la regulación del cannabis en Europa? ¿Crees que hay una tendencia que los gobiernos estén siguiendo?
Lo interesante es que el uso de cannabis medicinal es un fenómeno muy grande en Europa, sobretodo en Alemania, Dinamarca, España, Italia y Grecia. Es un mercado gigante.
Vimos esto ocurrir en Norte América también, todo inició con la legalización del uso medicinal. Y luego se hace la transición al mercado recreacional. Esto no siempre sale bien, pero es un proceso.
Uno de los mejores casos de esta transición es la de Oregon, en Estados Unidos. Sin embargo, hay muchísimos aspectos que deben corregirse. Lo importante es que la industria nunca pierda la perspectiva del paciente y del usuario. Necesitamos medicina de la mejor calidad al mejor precio y con tantas opciones como sea posible.
¿Cuál es el país europeo con la regulación más propicia para que se establezca una empresa cannábica?
Lo primero es ver cuál es el rol del Estado en el modelo. Personalmente creo que el Gobierno debe regular, controlar y fiscalizar, pero en ningún caso involucrarse en la cadena de proveedores, porque lo van a hacer mal.
Deben asegurarse que exista competencia, que traiga innovación, precios bajos y calidad alta. Deben asegurarse que todos tengan una oportunidad, que la comunidad tenga una oportunidad y no que solo unos pocos se hagan ricos. Que es lo que pasa cuando, erróneamente se cree que la participación del Estado asegura un proceso limpio y transparente, pero en verdad se presta para casos de corrupción.
Así como Canadá tomó la vía de la legalización por el lado financiero, Europa está más enfocado a lo farmacéutico. Creo que los países de Europa del Sur serán productores y los países del Norte van a limitar la participación de mercado a un grupo más pequeño de participantes enfocados en lo farmacéutico y su regulación, que se acopla a los estándares de la Unión Europea.
Pero hay un dicho que dice “La implementación es el 90% de la Ley”, y vemos cómo los países testean las regulaciones actuales con experimentos que empujan cambios en la la ley. Esto es algo que ustedes conocen muy bien en Chile y Latinoamérica, cuando nos unimos y enfrentamos algo, podemos hacer cambios, la cohesión social es un factor crucial.
Hemos visto una caída pronunciada en el valor de las acciones de las empresas cannábicas que se transan en bolsas públicas. ¿Cómo crees que progresará esa curva durante el 2020?
No puede irle mucho peor. Pero supongo que se mantendrá estable. Muchas de esas grandes compañías están en serios problemas, se sobre evaluaron y sobrepasaron sus gastos. Eso significa que unos pocos se enriquecieron y muchos pierden. Eso es algo muy malo para esta industria, porque crea “burbujas financieras” y volatilidad.
Yo no soy un vendedor de “booms” ni cosas de ese tipo. Creo en el trabajo duro, ese es el único camino para lograr cosas: trabajar, sudar y sangrar, hasta que funcionen. Hay que ser cuidadoso con los negocios con los que te involucras, no todo lo que brilla es oro.
Ahora hay una tendencia a los negocios de flujo de caja, al soporte de compañías privadas, al fomento a la inversión en emprendedores con proyectos viables. Hay un cambio en el flujo de las inversiones.
¿Qué debería pasar con las personas encarceladas por cannabis después de que un país legaliza?
Todos deberían ser liberados inmediatamente. Evidentemente cada caso debe ser revisado por separado, pues existen otros factores distintos al cannabis en muchos casos carcelarios, pero en principio, todas las personas encarceladas por uso de drogas, deberían estar en libertad.
Cualquier país que legalice el cannabis y no libere a sus prisioneros, no ha legalizado realmente. Nuestras hermanas y hermanos deben estar en libertad.