El pasado 8 de octubre el Gobierno de Chile, a través del SENDA (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol) liberó los resultados de un estudio hecho a varias muestras de cannabis incautadas a lo largo de Chile. La finalidad del estudio consistía en analizar químicamente las incautaciones, para así saber bien qué tipo de marihuana se está consumiendo en este país. La intención es buena. Saber cómo es la marihuana que se está consumiendo en Chile es información útil para las autoridades, y también para los consumidores. Sin embargo, los resultados del estudio dejan ver más problemas que soluciones. En la presente nota te explicaremos la problemática detrás de estos datos.
Sergio Zúñiga Moreno
Redactor
Origen de la muestra
Repasemos el origen de las muestras según lo que se indica en el mismo estudio. Como es de esperar, la fuente de muestras analizadas en el estudio procede exclusivamente de incautaciones policiales realizadas en el 2020.
De un total de 476 muestras que compusieron todo el estudio (además hay 14 muestras que tuvieron que analizarse aparte), 277 fueron relacionadas con delitos de narcotráfico. Luego detallan que 80 de las 277 muestras estuvieron asociadas al tráfico y venta en ciudad; 61 muestras de las 277 fueron sacadas de cargamentos ingresados ilegalmente desde el extranjero; 46 de controles en carreteras; 38 de cultivo rural; 30 de patrullaje preventivo; 13 de cultivo en patio o indoor; 4 de “consumo” (asumimos que se refieren a marihuana requisada a personas que consumían en lugares públicos); 4 de encomienda; y 1 de internación por lancha (al parecer el método menos popular para mover marihuana).
Sobre los altos porcentajes de THC
Si bien, en la actualidad la cruza selectiva de las plantas de cannabis ha aumentado la cantidad de cannabinoides presentes en las plantas, la gran mayoría de las semillas comerciales tienen entre 20 y 25% de THC, y es muy poco común que supere el 40%, incluso en mercados legales como el norteamericano. En un estudio realizado en el estado de Washington se midieron los niveles de thc, cbd y cbn de flores y concentrados, ésto con la idea de saber cuánto difieren las mediciones de estos componentes en diferentes laboratorios. Los resultados muestran que ninguno de los laboratorios tenía medidas mayores a 41%, y esto incluso en el contexto de que en el mercado legal de Washington los autores concluyen que existe una “inflación” en la medición de cannabinoides.
Por esto, que el estudio del Senda señale que en las muestras incautadas se hayan encontrado cogollos con hasta 51% de THC, es, al menos, sospechoso. Ni en los laboratorios gringos se atrevieron a tanto.
Respecto a la marihuana prensada, el estudio del Senda dice que, en promedio, tenían un 50,7% de THC, y que incluso hubo muestras con más del 80% argumentando que esta se está siendo prensada con resina de cannabis. Esta información es, también, sospechosa.
En Estados Unidos, existe un tipo de marihuana conocida como “Moonrock weed”, que consiste en cogollos “bañados” en concentrados de cannabis o aceite de hachís. Sin embargo, este tipo de producto es caro y exclusivo, y suele referirse como la champaña o el caviar de la marihuana. Y, incluso el “moonrock”, no suele superar el 51% de THC.
Datos incongruentes
Por otra parte, en referencia a las muestras de “marihuana prensada” que presentaron más del 80% de THC, se señala:
“En específico, el promedio de THC de las muestras fue de 0,99 mg de THC por mg de muestra (mínimo 0,86 - máximo 1,28 mg-THC/ mg-muestra)”.
Al respecto sólo podemos señalar que debe haber algún error, pues, que 0,99 mg de 1mg sea THC es, prácticamente, imposible, para que decir la muestra que tiene más de 1 mg de thc por mg de muestra. Este nivel de inconsistencia en los datos hace cuestionarse toda la seriedad del estudio.
No es marihuana medicinal: Sesgo en las conclusiones
La principal conclusión del estudio, es que no hay componentes “terapéuticos” (CBD) en las muestras incautadas. Es decir, que lo que se trafica, planta y consume, en general, no sería cannabis que pueda utilizarse con fines medicinales.
El estudio realizado indica como principal conclusión que el cannabis que se cultiva de forma local (patios y balcones) y el que se comercializa, no posee concentraciones del principal compuesto terapéutico que se le atribuye (CBD); solamente posee altas concentraciones de componente psicoactivo (THC) y además puede contener CBN, sustancia de reconocido poder tóxico.
Más allá de que los resultados puedan ser cuestionados por lo mencionado anteriormente, sorprende que el principal resultado sea: “no es medicinal”. Esto, particularmente en un contexto como el actual, donde, hace pocas semanas, se rechazó la idea de legislar la Ley Cultivo Seguro en la comisión de salud del Senado, y, más recientemente, se allanó el dispensario nacional.
Si el fin del estudio fuera exclusivamente científico, se limitaría a una descripción lo más acotada posible de los componentes químicos de las muestras incautadas, sin embargo, además de que los datos presentados tienen los errores que acabamos de advertir, a partir de estos mismos datos se saca una conclusión que parece tener un objetivo, más que científico, político.
Necesidad de mejores estudios para mejores políticas públicas
Volvemos a mencionarlo. Nos parece bien que se realicen este tipo de estudios, porque es bueno saber qué se está consumiendo, las características del último estudio del Senda, hacen cuestionar su objetividad.
No estamos diciendo que los datos del presente informe sean falsos. Pero sí consideramos que “errores” y “deslices” de estas proporciones indican falta de prolijidad, ya sea en el estudio mismo como en en la presentación de los datos. Esto no es un problema menor, porque para tomar decisiones políticas es necesario tener información lo más certera posible.
Además, es posible que se utilice este estudio como argumento para evitar otra vez la legislación de la marihuana medicinal. Es cierto que el CBD no es el producto principal del narcotráfico (que fue de dónde sacaron la mayoría de las muestras), pero eso no impedirá que nuestros ilustres políticos utilicen esa información para realizar generalizaciones tan absurdas que, con todo respeto, merecen por lo menos una Antorcha de Plata.
Basta leer las siguientes declaraciones emitidas al alero de la presentación donde se lanzó este mismo estudio.
“Lo que hemos hecho acá es aplicar ciencia a las políticas públicas para darle conocimiento a la ciudadanía sobre los peligros de la droga. Este estudio nos ha demostrado que las personas no saben lo que están consumiendo. La marihuana no sana sino que daña y enferma. Desde la perspectiva del Ministerio del Interior y Seguridad Pública vamos a mantener el énfasis que le hemos dado a combatir el narcotráfico con toda la fuerza. Los vamos a perseguir y los vamos a poner a disposición de la justicia.” Subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli.
“Este inédito estudio nos permite conocer qué compone esta droga, qué están consumiendo las personas en nuestro país. Respecto de la concentración promedio de THC en la marihuana que circula en el país (17%) ésta está por sobre lo que consumen en Europa, donde el promedio es de un 11%, es decir, es varias veces más dañina y adictiva para las personas. Además, para aquellos que sostienen que esta planta podría tener propiedades terapéuticas, la evidencia de lo analizado científicamente por el ISP en casi 500 muestras de cannabis, arrojó que en ellas ni siquiera existen concentraciones del compuesto supuestamente terapéutico o CBD. Si bien en este último punto es la ciencia la que tiene que determinar si ese compuesto tiene propiedades terapéuticas o no, lo cierto es que en la marihuana incautada en Chile, según lo analizado por ISP, no está presente”. Director Nacional del SENDA, Carlos Charme.
Necesitamos más información para tomar mejores decisiones. Y al parecer el último estudio del SENDA, no nos ayudará mucho en ese camino.
Revive el último capítulo de Mañaneros, y ve la conversación entre la Profe Pau e Ignacio Socías al respecto de este tema.