Cultura
En Chile, como sabemos, la marihuana no es legal. Pese a eso, según los últimos datos entregados por Senda, la mayoría de los usuarios de cannabis aumentó su consumo desde el inicio de la pandemia, y de los que fumaron menos este último año, un 13,9% lo hizo precisamente por la dificultad para conseguir estas flores. Pero, como este producto se transa en el mercado negro, sólo contamos con la información de encuestas de consumo y nada podemos saber sobre cómo afectó la pandemia a los productores y cultivadores de cannabis.
Javiera Carrillo
Redactora
En los países en que la marihuana es legal, los cambios en la oferta y la demanda se hicieron más visibles. Estados Unidos puede servir como ejemplo: para muchos estadounidenses, tener suficiente marihuana para sobrevivir al encierro, fue tan esencial como abastecerse de papel higiénico o harina.
“Esa primera semana, el gobierno no hizo una diferenciación entre negocios esenciales y no esenciales”, dice Nicolas MacLean, director ejecutivo de Aether Gardens, compañía productora de cannabis en Las Vegas dedicada a la producción de cannabis de altos niveles del constituyente psicoactivo tetrahidrocannabinol (THC), que es precisamente lo que buscan los fiesteros visitantes de esa ciudad. En Aether Gardens habían pasado todo el 2019 perfeccionando sus flores: “quedamos atrapados en medio del COVID-19 con la mejor flor que jamás habíamos tenido”, señala MacLean.
Ante la imposibilidad de la fiesta en una ciudad que vive de eso y que no cerraba sus casinos desde el asesinato de Marthin Luther King en 1968, los productores de cannábis como MacLean tuvieron que buscar otro enfoque para su venta: ¿Cómo podría ayudar la marihuana con el estrés y la ansiedad relacionados con la pandemia?
“Los residentes locales son muy exigentes: quieren algo que no vayan a encontrar en el mercado negro”, dice MacLean. “Sobre todo, cuando estás confinado en casa, le prestas más atención a cosas como los terpenos y los perfiles de cannabinoides, además de los niveles de THC, la estructura de los cogollos y el aroma, que es el tipo de información que obtienes cuando compras en el mercado legal. Y el año pasado, eso jugó a nuestro favor como cultivadores de flores de alta calidad”, agrega el director ejecutivo de Aether Gardens. Sin que nadie lo esperara, el año de la pandemia terminó siendo uno de los mejores años para la venta de cannabis en Nevada, EE.UU.
En una industria acostumbrada a los obstáculos y a normativas que no necesariamente facilitan las ventas, las nuevas restricciones que impuso la crisis sanitaria fueron sorteadas con éxito. “Que consideraran esenciales a las tiendas de licores y no al cannabis para uso adulto —especialmente cuando la ley aprobada en Massachusetts buscaba regular el cannabis de la misma manera que el alcohol— fue sorpresivo y desafortunado”, dice Meg Sanders, directora ejecutiva de Canna Provisions, empresa que funciona en el estado norteamericano de Massachusetts.
“Entendimos de inmediato que nuestra forma de interactuar con nuestros clientes tenía que cambiar”, señala Sanders, quien describió la estrategia en el dispensario de Canna Provisions como un servicio personalizado centrado en la educación y la entrega de información a sus usuarios, que suelen promediar los 50 años. Ubicada en el corazón del condado de Berkshire, donde cerca de 3 millones de visitantes llegan cada año para admirar los paisajes otoñales, esquiar y hacer pícnics, “nuestra tienda es en gran medida parte de la experiencia”, afirmó.
Ante un nuevo escenario que dificultaba la presencialidad, desde Canna Provisions se enfocaron en seguir entregando esta experiencia educativa, para lo cual abrieron una línea telefónica que permitió seguir informando a los usuarios sobre los productos que pueden adquirir. Y funcionó: “En nuestra tienda de Lee, los pedidos anticipados se han convertido en casi el 100 por ciento de nuestro negocio, por lo que compramos más terminales y contratamos a más personas para que contestaran los teléfonos y nuestros ingresos aumentaron”, comenta Sanders.
Desde la aparición del coronavirus la industria cannábica tuvo que volver a adaptarse, sin embargo logró imponerse ante las restricciones para lograr números positivos. Por ejemplo, debido al anuncio de confinamiento, en algunos días de marzo, en EE.UU se vendió casi el doble de marihuana que en los meses anteriores. En Canadá, mientras los bares y restaurantes permanecían cerrados, la venta de marihuana aumentó.
Por otro lado, en América Latina el consumo no se ha detenido e incluso ha crecido en este año de cierres y restricciones, afirmó Héctor Gomes, analista del grupo Latam Prohibition Partners, en el marco del Segundo Foro de la Asociación Colombiana de Industrias de Cannabis (Asocolcanna). En paralelo, en Alemania la demanda de cannabis es tanta que muchos han quedado sin sus dosis medicinales, generando un nuevo problema dentro de este gran beneficio a la industria.
Muchas razones pueden intervenir en este impulso y buena suerte que ha tenido la industria del cannabis dentro de un contexto donde muchos otro rubros se vieron perjudicados: la necesidad de recreación en medio del encierro y el consumo asociado a salud mental en un año en que abundó la ansiedad y el stress, pueden ser algunas de las explicaciones para este fenómeno.
Revive el último capítulo de Mañaneros, y profundiza de este y otros temas en la compañía de Profe Pau e Ignacio Socías.