Cultura
Nadie se libra de los ridículos intentos por figurar que tienen los grupos conservadores
Benjamín Jacob
Periodista
Hace unas semanas, el príncipe Harry confesó haber ocupado la marihuana con fines recreativos, además de otras sustancias como cocaína y hongos alucinógenos. En las declaraciones, indicó que el cannabis lo había ayudado para superar ciertos eventos traumáticos del pasado, y que incluso, en un viaje en Hongo, llegó a hablar con un inodoro.
En base a esta declaración, un grupo de fanáticos conservadores llamado Fundación Heritage, solicitó la deportación del príncipe Harry por consumir estas sustancias en territorio estadounidense.
Esta fundación fue creada en el gobierno de Ronald Reagan, y promueve la difusión de los principios de libertad individual, gobierno limitado, libre empresa, defensa nacional y valores estadounidenses tradicionales. (Cualquier parecido al partido republicano Chileno es mera coincidencia).
El ex miembro de la monarquía británica, vive desde el 2020 en Los Ángeles, con su esposa Megan y su hijo Archie. Su estadía se sostiene bajo una visa, y de momento no tenía intenciones de buscar la residencia permanente.
La polémica comenzó cuando Mike Howell, director de la fundación Heritage, solicitó una revisión al estado de la visa del príncipe Harry, por el uso de sustancias ilícitas, aludiendo que no se han investigado correctamente estos antecedentes, y que el departamento de Estado se niega a revelar detalles sobre la solicitud de su visa.
La respuesta del departamento de Estado fue que los registros de Visa son confidenciales y por lo mismo no se pueden liberar al público.
Actualmente existe incertidumbre al respecto de la situación del príncipe Harry, ya que las opiniones son divididas. Neama Rahmini, ex fiscal federal declaró que admitir el uso de drogas puede ser considerado como un motivo de inadmisibilidad para la visa de cualquier persona.
Aunque por otro lado, abogados de Nueva Jersey, indican que en ausencia de cargos penales relacionados con drogas o alcohol, o alguna prueba que señale que el príncipe Harry es consumidor frecuente de estas sustancias, esto no debería ir más allá de una anécdota, sin consecuencias legales.
Ahora les preguntamos, el consumo de sustancias ¿es motivo suficiente como para deportar a alguien?, ¿o es solo otro capricho de los conservadores acérrimos? Todo con tal de llamar la atención y figurar en la opinión pública.
Si quieres saber más al respecto de este cahuín irrelevante para la vida diaria de la mayoría, pero llamativo por la necesidad patológica que tienen algunos grupos por figurar, te invitamos a sintonizar el único matinal cannábico que ha brindado la existencia humana.
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