Cada vez son más los países en que se legaliza el cultivo y el consumo de cannabis. Para su uso recreativo, ya es legal en Uruguay, Canadá, y 12 estados de EEUU, mientras para fines médicos, son 36 los países que la han regularizado. El problema es que a medida que esto crece y sigue beneficiando directamente a sus usuarios, su impacto medioambiental es también cada vez más notorio.

Javiera Carrillo
Redactora
Debido a las condiciones climáticas o a las distintas regulaciones de los países, los cultivos no siempre pueden ser al aire libre, lo que ha implicado un aumento en los cultivos interiores o indoor.
Una investigación de la Universidad de Colorado estudió el impacto ambiental del cultivo de cannabis indoor. Como se puede esperar, este tipo de cultivo requiere de mucha energía, desde la electricidad para la iluminación de alta intensidad, el consumo de gas para controlar ambientes, y el bombeo de dióxido de carbono a cuartos de cultivo para acelerar su crecimiento. El estudio analizó energía y materiales necesarios para el cultivo interior de cannabis, y se cuantificó el ciclo de vida resultante de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Un estudio previo ya había concluido que los cultivos de interior representan el 9% del consumo de energía de los hogares de California, el 3% del uso de energía en todo el estado y el 1% de toda la electricidad utilizada en EEUU, una cifra que no pasa desapercibida, ya que es, básicamente, el equivalente a lo que se necesita para alimentar a más de 2,5 millones de hogares durante un año.
Existen muchos aspectos de este sector que siguen siendo desconocidos y uno de ellos es el impacto en el medio ambiente como consecuencia del aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero, indican Hailey Summers, Evan Sproul y Jason Quinn, autores del estudio de la Universidad de Colorado.
"El análisis se realizó teniendo en cuenta las variaciones geográficas, meteorológicas y de la red eléctrica, y sobre el cálculo de las emisiones de gases de efecto invernadero correspondientes a la electricidad y gas que son necesarios para los controles ambientales interiores, las luces de cultivo de alta intensidad y el suministro de dióxido de carbono para el crecimiento acelerado de las plantas", indican los autores en su artículo.
Con esto hacemos espacio a la pregunta ¿por qué cultivamos en interiores? Muchas veces se considera que es de mayor calidad que el cannabis al aire libre o de invernadero. Además, un ambiente interior protege a las plantas del clima impredecible y otros peligros comunes para los cultivos. Maximiza ganancias al reducir los empleados necesarios y puede operar todo el año en cualquier estación. Sin embargo, gasta 100 veces más de electricidad que los cultivos al aire libre para producir una misma cantidad de flores.
Legalizar el autocultivo puede implicar aumento en las personas que deciden tener un indoor, y esto trae consigo un mayor gasto de energía y un impacto climático. Sin embargo, que ocurra dentro de los marcos legales, también permite medir y tomar consciencia de este impacto para así poder regular y tomar acciones al respecto, de manera que consumir recreativa o medicinalmente, deje la menor huella ecológica posible.
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